El ejercicio físico en la juventud reduce el riesgo de sufrir epilepsia

La práctica de ejercicio físico aeróbico durante la adolescencia y la juventud disminuye hasta en un 79% las probabilidades de desarrollar epilepsia en edades más avanzadas. Ésta es la principal conclusión de un estudio desarrollado por la Universidad de Gotemburgo (Suecia). La fatiga, la hipoxia y la hipoglucemia son factores influyentes.

La directora de la investigación, Elinor Ben-Menachem, explicó que “los estudios han mostrado que existen modalidades de ejercicio que benefician al cerebro y reducen el riesgo de enfermedades cerebrales. Así, las evidencias de nuestro trabajo son las primeras en mostrar que el ejercicio puede reducir las probabilidades de padecer epilepsia”.

Para llevar a cabo el estudio, el equipo de investigación evaluó los datos físicos al cumplir los 18 años de 1.173.079 varones suecos nacidos entre los años 1950 y 1987. En algunos casos, los participantes fueron seguidos durante más de 40 años (el seguimiento medio se estableció en 25 años). Durante ese período se diagnosticaron, en total, 6.796 nuevos casos de epilepsia.

Los resultados demostraron que el riesgo de ataques epilépticos era menor cuanto mejor era la condición física de los varones. Así, los hombres que tenían una condición física de alto nivel tenían un riesgo hasta un 79% menor que aquellos con una baja condición física. Asimismo, la probabilidad era 36% inferior cuando se comparaban con los varones con una estado físico medio.

La razón para este beneficio, según concluyó la doctora Ben-Menachen, se explica porque “el ejercicio puede condicionar el riesgo de epilepsia de dos formas: Puede proteger al cerebro y crear una mayor reserva cerebral, o simplemente puede ser que las personas que están en buena forma a una temprana edad también tienden a estar en forma en el futuro, lo que a su vez disminuye el riesgo de padecerlo”.

Los factores que pueden influir en la aparición de crisis epilépticas deben de ser tomados en su justa medida. La fatiga, la hipoxia y la hipoglucemia pueden influir, sin embargo un ejercicio físico realizado con regularidad rara vez facilitará la aparición de estos.

Otro agente que siempre se ha tenido en cuenta es la hiperventilación, ya que se ha demostrado que puede provocar descargas epileptiformes. Pero la hiperventilación que se produce durante la práctica deportiva es un mecanismo homeostático compensatorio y no es facilitador de este tipo de episodios.

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