La excesiva actividad física afecta negativamente a las articulaciones

El traumatólogo del Centro Ortopédico Nacional de Panamá, Félix Castillo, advierte que realizar actividad física en exceso afecta negativamente a las articulaciones. Recomienda practicar los ejercicios de forma progresiva.

Con el paso del tiempo, el cuerpo humano envejece y sus articulaciones también se deterioran. Castillo afirma que a partir de los 35 años, el cartílago de articulaciones comienza a perder propiedades y a disminuir un 1% de su espesor al año.

El especialista explica que “si a esto le sumamos algún tipo de actividad física que sobrecargue la articulación, estaremos acelerando la disminución de este cartílago hasta el punto en que la articulación desarrolla un cuadro de artrosis evidente, lo que supone un problema degenerativo no reversible, ya que el condrocito (célula del cartílago) no es capaz de regenerarse, y una vez perdido el cartílago no se recupera”. Hay que tener en cuenta que no solo el cartílago articular puede sufrir lesión en este caso, sino también los ligamentos, tendones y músculos se lesionan.

Además, indica que la rodilla es una de las articulaciones más afectadas por prácticas no controladas debido a que la mayoría de las disciplinas involucran una mayor movilidad de esta articulación. Esto también ocurre por la misma anatomía de la articulación: La rodilla es una articulación que se mantiene estable con base a estructuras músculo-ligamentosas no óseas, ya que está conformada en su parte ósea por un cóndilo femoral, que es redondo, y un platillo tibial que es plano. Por ello, mantiene su estabilidad basada en las estructuras que la rodean como meniscos, ligamentos cruzados, ligamentos colaterales, musculatura, entre otras.

Por el contrario, articulaciones como la cadera son más estables al tener una estructura ósea más congruente: Una cabeza femoral redonda en una cavidad acetabular con forma de convexa, como copa, que puede afectarse de igual forma, pero su estabilidad la hace menos propensa a lesión.

En la rodilla, una de las lesiones más frecuentes es la ruptura de los ligamentos cruzados; si bien hoy en día pueden reconstruirse, los estudios muestran que estos pacientes eventualmente 15, 20 o 30 años después desarrollan artrosis de rodilla. En el caso de la cadera, está el pinzamiento femoroacetabular, que requiere un tratamiento especial. Esta patología es capaz de producir artrosis de cadera en edades muy tempranas, y al ser una alteración en la forma de la articulación, la única alternativa es el manejo quirúrgico, ya que el manejo médico es solo paliativo. Si no se le da tratamiento a tiempo mediante cirugía de preservación articular, el pinzamiento femoroacetabular terminará produciendo una enfermedad articular degenerativa hasta tal grado que la única alternativa de manejo sería el reemplazo articular.

Félix Castillo recomienda que para intentar evitar lesiones “hay que ir incrementando progresivamente la actividad que se quiera realizar, así como variar el tipo de ejercicio. No se puede hacer en 20 minutos todo el ejercicio que no se ha hecho en diez años”.

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