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Universidad Southwestern y Centro Médico de Texas

18/01/2018

Realizar ejercicio físico ayuda a prevenir el envejecimiento cardíaco

Realizar ejercicio físico ayuda a prevenir el envejecimiento cardíaco Un estudio elaborado de forma conjunta por la Universidad de Southwestern y el Centro Médico de Texas (Estados Unidos) señala que realizar ejercicio ayuda a prevenir y evitar el envejecimiento del corazón. Los expertos recomiendan practicar actividad física entre cinco y seis días a la semana, reduciendo el riesgo de sufrir insuficiencias cardíacas.

La investigación indica también que hacer ejercicio puede revertir el daño a los corazones sedentarios, siempre que se practique la cantidad suficiente y que se inicie a tiempo. Para obtener el mayor beneficio, el régimen de actividad física debe comenzar hacia la mediana edad (antes de los 65 años), cuando el corazón aparentemente retiene plasticidad y capacidad de remodelación.

Benjamin Levine (profesor de Medicina Interna en UT Southwestern) explicó que "sobre la base de una serie de estudios realizados por nuestro equipo en los últimos cinco años, practicar cinco o seis veces ejercicio a la semana se ha convertido en mi receta para la vida. Creo que las personas deberían poder hacer esto como parte de su higiene personal, como cepillarse los dientes y darse una ducha".

Se recomiendan realizar series de 30 minutos, más calentamiento y estiramientos. Una de las sesiones semanales realizadas por el grupo de investigación consistía en un entrenamiento de alta intensidad de 30 minutos, como sesiones de intervalo aeróbico en las que la frecuencia cardiaca supera el 95% de la frecuencia máxima durante cuatro minutos, con tres minutos de recuperación, repetido cuatro veces (un llamado "4x4").

Cada sesión de intervalo fue seguida por una de recuperación realizada a una intensidad relativamente baja. Otras fueron de una hora de duración y de una intensidad moderada. Levine aseguró que “esta sesión más larga podría ser una actividad divertida, como jugar al tenis, realizar baile aeróbico, caminar o andar en bicicleta”.

Se realizaron una o dos sesiones cada semana a una intensidad moderada, lo que significa que el participante podía sudar, perder un poco de aliento, pero poder mantener una conversación. Se prescribieron las sesiones de ejercicio individualmente en base a las pruebas de ejercicio y la monitorización de la frecuencia cardiaca. Además, se incluyeron una o dos sesiones semanales de entrenamiento de fuerza con pesas o máquinas de ejercicio en un día separado o después de una sesión de resistencia. 

Los participantes acumularon esos niveles, comenzando con tres sesiones de ejercicio moderadas de 30 minutos durante los primeros tres meses y alcanzaron su punto máximo a los diez meses, cuando se agregaron dos intervalos aeróbicos de alta intensidad.

Los más de 50 participantes se dividieron en dos grupos, uno de los cuales recibió dos años de entrenamiento de ejercicio supervisado y el otro grupo, de control, que participó en entrenamiento de yoga y equilibrio. Al final del análisis, los que se ejercitaron mostraron una mejora del 18% en su consumo máximo de oxígeno durante el ejercicio y un incremento de más del 25% en la elasticidad del músculo ventriventricular izquierdo del corazón.

El envejecimiento sedentario puede llevar a una rigidez del músculo en el ventrículo izquierdo del corazón, la cámara que bombea sangre rica en oxígeno hacia el cuerpo. Levine afirmó que "cuando el músculo se endurece, se produce una gran presión y la cámara del corazón no se llena tan bien con sangre. En su forma más severa, la sangre puede regresar a los pulmones. Es allí donde se desarrolla la insuficiencia cardiaca".

Estudios previos realizados por cardiólogos de UT Southwestern mostraron que la rigidez ventricular izquierda a menudo aparece en la mediana edad en personas que no hacen ejercicio y no están en forma, dejándoles con cámaras pequeñas y rígidas que tampoco pueden bombear sangre.

Sin embargo, los científicos también han descubierto que la cámara del corazón en atletas competitivos a nivel de élite sigue siendo grande y elástica, y que incluso de cuatro a cinco días de ejercicio comprometido durante décadas es suficiente para que los atletas no competitivos cosechen la mayor parte de este beneficio.

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