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Recomendaciones de la SEEDO

01/07/2025

Tips para combatir la obesidad durante los meses de verano

Tips para combatir la obesidad durante los meses de verano El verano se suele asociar con descanso, desconexión con la rutina diaria del resto del año, sobre todo cuando coincide con las ansiadas vacaciones, y también con algunos excesos. La SEEDO ofrece recomendaciones para combatir la obesidad y el sobrepeso en el período estival. Por otra parte, la entidad ha convocado la primera Beca Rey Sancho I de León.

En verano solemos cometer algunos atracones alimenticios, consumir una mayor proporción de bebidas desaconsejadas y, en definitiva, relajar hábitos cotidianos de salud.

Sin embargo, como señala la Dra. Cristina Petratti, especialista en Obesidad y Nutrición de la SEEDO, “podemos y debemos huir de esta concepción y, al contrario, indagar sobre las múltiples posibilidades que esta época del año nos ofrece no sólo para mantener hábitos de salud positivos, sino incluso para iniciarlos o reforzarlos. Más allá de la comida o el ejercicio, el verano es el momento ideal para reconectar con uno mismo, gestionar el hambre emocional y comenzar (o sostener) una transformación real”.

El inicio de la época estival suele acompañarse de frases como “ya no llego a la operación bikini” o “me puse cualquier cosa, porque ya da igual”. Pero el foco del abordaje integral de la obesidad no está en el cuerpo perfecto ni la obtención de resultados puntuales, sino en el bienestar sostenido. “Las personas no necesitan más exigencia, sino cuidarse, parar, empezar de nuevo. Y el verano puede ser ese punto de inicio para cuidarse sin exigencias”, asegura la Dra. Petratti.

Uno de los argumentos en los que puede basarse un cambio de hábitos aprovechando el verano es que, generalmente, se puede afrontar mejor un problema casi ya crónico en la sociedad actual y que, en gran medida, se asocia con el aumento de peso: el estrés.

La relación entre la psiconutrición y el estrés crónico como productor de obesidad se basa en varios mecanismos fisiológicos y conductuales. El estrés crónico activa el eje hipotálamo-pituitario-adrenal, lo que provoca la liberación sostenida de glucocorticoides, como el cortisol. Estos glucocorticoides pueden aumentar el apetito y la preferencia por alimentos altamente calóricos y palatables, contribuyendo al aumento de peso y la obesidad. El estrés crónico también puede alterar la regulación del apetito a través de cambios en las hormonas relacionadas con la saciedad y el hambre, como la leptina y la grelina (que pueden aumentar en respuesta al estrés, promoviendo el consumo de alimentos).

Además, el estrés crónico puede influir en el comportamiento alimentario al aumentar la vulnerabilidad a la adicción a la comida. Esto se debe a la interacción del estrés con los circuitos de recompensa en el cerebro, lo que puede llevar a un consumo compulsivo de alimentos ricos en azúcar y grasa. La activación crónica de estos circuitos de recompensa puede reforzar el comportamiento de búsqueda de alimentos como una forma de aliviar el estrés, creando un ciclo vicioso de estrés y sobrealimentación.

En definitiva, los distintos mecanismos que relacionan estrés crónico y obesidad precisan de estrategias de prevención y tratamiento, que en muchas ocasiones parten de medidas básicas, económicas y sencillas, como saber gestionar las emociones.

Como indica la Dra. Petratti, aludiendo a su experiencia particular, “una de las cosas que más veo en consulta en esta época del año es a pacientes que dicen: estoy comiendo mejor, pero cuando me siento sola, ansiosa o estoy con amigos, pierdo el control”. Según destaca, “esta es una frase repetida por hombres y mujeres que luchan con el hambre emocional, el comer automático, la culpa después de comer. Y la clave no está solo en qué comen, sino en por qué comen”.

El verano puede ser el momento para que cada uno se haga preguntas clave, como:

- ¿Qué estoy sintiendo cuando busco comida sin hambre?

- ¿Qué otra cosa podría darme placer o contención?

- ¿Qué necesito decir o expresar que estoy silenciando con comida?

Puede ser el mejor momento para iniciar lo que Cristina Petratti denomina un “diario emocional”, para plasmar conductas y emociones vinculadas al proceso de cambio: “En el diario emocional puedes registrar los momentos de enfado, alegría, tristeza, qué haces de forma automática y qué cambio has podido introducir y cómo. Cuando empiezas a conocerte puedes hacer cambios más profundos”, reconoce la especialista, quien admite que “llevar un diario emocional te brinda información crucial para hacer los ajustes necesarios para acercarte a los objetivos: proporciona una visión clara de cómo las emociones influyen en la motivación, y puede ser útil para identificar patrones que la refuercen o la debiliten”.

Se trata, entre otras cosas, de ayudar a gestionar aspectos tan importantes como el hambre emocional, que “no se combate con dietas, sino con herramientas de regulación emocional y hábitos sostenibles”, recuerda la experta de SEEDO. De hecho, se estima que la óptima gestión emocional de la persona con obesidad supone, al menos, un 70% del éxito de cualquier abordaje encaminado a perder peso y a mantenerlo en el tiempo; es más, se considera que “sin una adecuada gestión emocional, cualquier esfuerzo de control de peso en obesidad fracasará”.

Con estas recomendaciones, los expertos quieren ayudar a las personas que buscan sentirse bien en su cuerpo sin caer en dietas extremas: “Quieren verse mejor, pero también descansar del castigo de una dieta, rebajar la autoexigencia, reencontrarse con el disfrute”, reconoce la Dra. Petratti, quien considera que esto es posible cuando se parte desde otra concepción:

- Con pequeños cambios sostenibles

- Con un lenguaje más amable hacia uno mismo

- Con una mirada más integral (no solo focalizada en la pérdida de peso en una báscula, sino también atendiendo a las emociones, sueño, movimiento, estrés,…)

Numerosos estudios avalan el positivo impacto del cambio de hábitos y del trabajo emocional en el tratamiento de la obesidad:

- Una revisión sistemática de 21 estudios demostró que el 86 % de los que siguieron pautas de mindfulness mejoraron el comer emocional, los atracones y el mantenimiento del peso.

- Un ensayo clínico con personas con obesidad mostró que un programa de “mindful eating” redujo significativamente el hambre emocional y el comer impulsivo

- Investigaciones recientes relacionan bajos niveles de conciencia plena al comer con un mayor Índice de Masa Corporal (IMC), mayor grasa corporal, más consumo de fritos y más ansiedad y estrés.

Como resume la Dra. Petratti, “cultivar hábitos conscientes, gestionar emociones y reconectar con el cuerpo tiene una impacto real, medible y sostenible en la salud”.

CONSEJOS ESENCIALES PARA UN VERANO SALUDABLE

Para personas con obesidad:

- Planificar las comidas con libertad y estructura: sin rigidez, pero con claridad.

- Moverse cada día: aunque sea 15 minutos.

- Entrenar la mente: meditaciones guiadas, escritura emocional, respiración consciente,…

- Tomar agua y dormir las horas suficientes

- Ser autocompasivo: caerse no es fracasar, quedarse ahí sí.

Para personas sin obesidad:

- Abandonar la dicotomía del ‘todo o nada’: un helado no arruina la salud, como una ensalada no la construye.

- Comer alimentos frescos y saciantes de temporada.

- Revisar hábitos emocionales, no sólo los alimentarios.

- Conectar con el cuerpo desde el placer, no desde la lucha.

El verano no es un enemigo para las personas que quieren evitar la obesidad o que ya padecen esta enfermedad, sino que “puede ser un aliado”, afirma la Dra. Petratti. La disponibilidad de mayor tiempo libre también permite, de hecho, dedicar mayor atención a lo que se come, cómo se come y también a ejecutar más ejercicios y actividad física.

Como consejo final, esta experta reconoce que “para cambiar, no hace falta hacerlo del todo ni de forma radical, sino que debe empezarse con conciencia, con autocompasión y con compromiso propio”. Y es que, a su juicio, “la salud también es sentirte bien con uno mismo”.

1ª BECA REY SANCHO I DE LEÓN

Las dos principales sociedades científicas que abordan el problema de la obesidad en España, la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), han convocado la primera edición de la beca Rey Sancho I de León. Hasta el 13 de julio, las asociaciones interesadas podrán presentar su candidatura.

Gema Medina Gómez, vicepresidenta de SEEDO, explica que “con esta iniciativa se pretenden promover acciones dirigidas a favorecer la profesionalización de las asociaciones de pacientes con obesidad”. Por su parte, Irene Bretón, coordinadora del área de obesidad de la SEEN, asegura que “esta iniciativa va a impulsar el desarrollo del asociacionismo en torno a la obesidad”.

La instauración del premio pone de relieve el deseo que de las sociedades científicas de romper una lanza a favor de los pacientes y de cambiar la dinámica actual en este ámbito. “Es una forma de transmitir a la sociedad en general, y a los pacientes y a los profesionales sanitarios en particular, que la obesidad es una enfermedad crónica, compleja, recidivante, progresiva, sin tratamiento actual definitivo, y que, por ello, los pacientes no deben sentirse culpables de sufrirla”, coinciden en destacar los representantes de ambas sociedades científicas convocantes. Además, recalcan que “ni los profesionales sanitarios ni la sociedad debemos culpar a los pacientes por tener exceso de adiposidad”.

El objetivo principal de la beca es fomentar e incentivar el desarrollo de iniciativas que impulsen el asociacionismo de pacientes con obesidad, con el propósito de mejorar su calidad de vida, promover su participación activa en el sistema sanitario y sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad.

La beca está dotada con 5.000 euros. Cada entidad solicitante podrá presentar un único proyecto, que debe centrarse en el objetivo de la beca y que tiene que desarrollarse íntegramente en España en un plazo máximo de un año. El importe concedido será utilizado para contribuir a que se lleve a cabo el proyecto que se presente en la convocatoria, y será destinado a cubrir gastos relativos a la organización de actividades de difusión, contratación de personal, generación de material, actualizaciones de páginas web, entre otros, para actividades relacionadas con el fomento del asociacionismo en obesidad.

Los solicitantes deberán presentar una memoria del proyecto siguiendo un formulario previsto. Toda la documentación se enviará por correo electrónico a la secretaría de la SEEDO (secretaria@seedo.es) o de la SEEN (secretaria@seen.es), indicando en el asunto "I BECA REY SANCHO I DE LEÓN".

La evaluación será realizada por un jurado compuesto por miembros designados por las Juntas Directivas de SEEDO y SEEN. Se valorará la originalidad, viabilidad y el impacto potencial del proyecto. La decisión del jurado será inapelable y la beca podrá declararse desierta.

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