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Estudio de la Clínica Mayo (Minessota, EE.UU)

14/03/2017

El ejercicio de alta intensidad reduce y detiene el envejecimiento celular

El ejercicio de alta intensidad reduce y detiene el envejecimiento celular Un estudio de la Clínica Mayo de Minessota (EEUU) señala que el ejercicio de alta intensidad reduce y detiene eficazmente el envejecimiento a nivel celular. Los expertos recomiendan que se realice un entrenamiento a intervalos en el que se combinen ejercicios aeróbicos, como andar en bicicleta y caminar, y realizados a un ritmo vigoroso.

Los investigadores sospechaban desde hacía tiempo que los beneficios del ejercicio se extienden hasta el nivel celular, pero sabían relativamente poco acerca de qué ejercicios ayudan a las células a reconstruir orgánulos clave que se deterioran con el envejecimiento.

El estudio, publicado en la revista "Cell Metabolism", reveló que el ejercicio, en concreto el entrenamiento a intervalos de alta intensidad en ejercicios aeróbicos (como andar en bicicleta o caminar), hace que las células produzcan más proteínas para sus mitocondrias productoras de energía y sus ribosomas, deteniendo eficazmente el envejecimiento a nivel celular.

Sreekumaran Nair, médico e investigador de diabetes en la Clínica Mayo, afirmó que "sobre la base de todo lo que sabemos, no hay un sustituto para estos programas de ejercicio cuando se trata de retrasar el proceso de envejecimiento. Estas cosas que estamos viendo no pueden ser provocadas por ningún medicamento".

El trabajo incluyó a 36 hombres y 36 mujeres de dos grupos de edad, voluntarios jóvenes de 18 a 30 años y voluntarios mayores de 65 a 80 años de edad,  que realizaron tres programas de ejercicios diferentes: Uno en el que los voluntarios hicieron bicicleta a intervalos de alta intensidad, otro donde los voluntarios hicieron entrenamiento de fuerza con pesas y el último, que combinó entrenamiento de fuerza y entrenamiento de intervalo.

Los investigadores, dirigidos por el entonces miembro de la Universidad de Oregon, Matthew Robinson, tomaron biopsias de los muslos de los voluntarios y compararon la composición molecular de sus células musculares con muestras de voluntarios sedentarios. Los científicos también evaluaron la cantidad de masa muscular magra y la sensibilidad a la insulina de los voluntarios.

Los resultados revelaron que, mientras el entrenamiento de fuerza fue eficaz en la construcción de la masa en el músculo, el entrenamiento a intervalos de la alta intensidad produjo los beneficios más grandes a nivel celular. Los voluntarios más jóvenes en el grupo de entrenamiento de intervalos vieron un aumento del 49% en la capacidad mitocondrial, y los voluntarios mayores presentaron un aumento aún mayo, alcanzando el 69%.

El entrenamiento a intervalos también mejoró la sensibilidad a la insulina de los voluntarios, lo que indica una menor probabilidad de desarrollar diabetes, pero fue menos efectivo para mejorar la fuerza muscular, que típicamente disminuye con el envejecimiento. "Si la gente tiene que elegir un ejercicio, yo recomendaría entrenamiento a intervalos de alta intensidad, pero creo que sería más beneficioso si pudieran hacer tres o cuatro días de entrenamiento a intervalos y luego un par de días de entrenamiento de fuerza", aseguró Nair. Pero, por supuesto, cualquier ejercicio era mejor que no hacer ejercicio.

El experto enfatizó que el enfoque de este estudio no era desarrollar recomendaciones, sino entender cómo el ejercicio ayuda a nivel molecular. A medida que envejecemos, la capacidad de generación de energía de las mitocondrias de nuestras células disminuye lentamente y, al comparar datos proteómicos y de secuenciación de ARN de personas en diferentes programas de ejercicios, los científicos encontraron evidencia de que el ejercicio anima a la célula a hacer más copias de ARN de genes que codifican proteínas mitocondriales y proteínas responsables del crecimiento muscular.

El ejercicio también parecía aumentar la capacidad de los ribosomas para construir proteínas mitocondriales. El hallazgo más impresionante fue el aumento del contenido de proteína muscular. En algunos casos, el régimen de práctica de ciclismo de alta intensidad realmente parecía revertir la disminución relacionada con la edad en la función mitocondrial y las proteínas necesarias para la construcción muscular. Rejuveneció también los ribosomas de los voluntarios, los cuales son responsables de producir los bloques de construcción de nuestras células.

Los científicos encontraron un fuerte aumento en la síntesis de proteínas mitocondriales, lo que explica las mejoras en la función mitocondrial y la hipertrofia muscular. La capacidad del ejercicio para transformar estos orgánulos podría explicar por qué el ejercicio beneficia nuestra salud de maneras diferentes.

El músculo es algo único porque las células musculares se dividen sólo en raras ocasiones, de forma que al igual que las células cerebrales y cardiacas, las células musculares se desgastan y no se reemplazan fácilmente. Se sabe que las funciones de estos tres tejidos disminuyen con la edad. Nair explicó que "a diferencia del hígado, el músculo no se recupera fácilmente, las células pueden acumular muchos daños".

Si el ejercicio restaura o previene el deterioro de las mitocondrias y los ribosomas en las células musculares, existe una buena probabilidad de que lo haga también en otros tejidos. Los autores consideran que entender las vías que emplea el ejercicio para que funcione su magia puede hacer que el envejecimiento sea más accesible.

Para acceder al estudio (en ingles), pinche aquí.

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