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Retrasa la aparición de la dependencia
20/06/2013 Realizar ejercicio físico en grupo aumenta los beneficios psicológicos
Un estudio, realizado en Alicante por profesionales de centros de personas mayores, concluye que practicar actividad física en grupo proporciona mayores beneficios físicos y mentales que si se hace de forma individual. Además, este hábito proporciona un componente social que ayuda a las personas a mejorar su autoestima y disminuir la dependencia.
El ejercicio físico es una de las pautas comúnmente establecidas y admitidas por los profesionales sanitarios, en aras de conseguir un envejecimiento activo y saludable. Su práctica favorece el mantenimiento físico y psíquico de las personas mayores y, además, evitando el sedentarismo, se previene la aparición de determinadas enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, la artrosis y la obesidad. Además, es fundamental para conseguir retrasar la aparición de la dependencia. Sin embargo, según esta investigación, no existe consenso en el tipo de ejercicio idóneo que se debe realizar a partir de cierta edad. A la hora de orientar a las personas mayores en la práctica de una actividad física, las explicaciones pecan de ser demasiado generalistas y de no tener en cuenta las diferencias individuales de cada persona. En este sentido, es común que se recomiende caminar a las personas que desean iniciarse en el ejercicio diario por ser una práctica sencilla y al alcance de la mayor parte de las personas. Sin embargo, no para todas las personas resulta adecuado, ya sea porque determinadas dolencias son incompatibles o, simplemente, porque no es una actividad atractiva para todo el mundo, especialmente si ésta no es compartida. La mayor dificultad a la hora de planificar actividades físicas para las personas mayores, según los profesionales que trabajan con ellas, es lograr establecer el hábito. Aunque hay quienes realizan ejercicio desde hace mucho tiempo como la Natación o el Ciclismo, hay otras personas que no disfrutan de estas actividades individuales y que se habitúan mejor si se les plantean de manera grupal otras como el Yoga, el Taichí o el Pilates. Afortunadamente, la oferta de disciplinas es cada vez más amplia y se amolda mejor a las necesidades de cada uno. Estas nuevas técnicas permiten que las personas, aun en edades avanzadas, aprendan nuevas habilidades. Según el estudio, antes de recomendar una actividad es necesario averiguar si la persona se encuentra en buena forma física, entendida ésta como la capacidad de desenvolverse sin fatiga excesiva y con energía para realizar las actividades diarias. El informe indica que es conveniente, además, tener en cuenta que los recursos socio-sanitarios de cada comunidad o municipio pueden ser muy diferentes. El estudio plantea que lo primero que hay que saber es el objetivo al que va dirigida la práctica deportiva que, en este caso, es favorecer el envejecimiento activo a través del fomento de hábitos de vida saludables. En este sentido, es importante que el fomento del ejercicio vaya acompañado de otras pautas que mejoren la calidad de vida, como una alimentación equilibrada, el descanso nocturno y el desarrollo de actividad cultural. Además, la práctica deportiva puede ayudar a conseguir otras metas relacionadas como pueden ser la estimulación cognitiva y la participación social. Igualmente, los profesionales recuerdan que el colectivo de personas mayores suele ser muy heterogéneo y tiene, por tanto, necesidades y expectativas muy diferentes. En este sentido, por lo tanto, es conveniente valorar las preferencias del colectivo, entorno geográfico y condiciones sociales a la hora de planificar las distintas actividades. Por otra parte, el estudio incide en la necesidad de motivar a las personas hacia el ejercicio físico complementando la oferta con actividades paralelas. Por ejemplo, deportes como el senderismo o montañismo se pueden vincular a la caza o a visitas culturales complementarias, como centros de interpretación de la naturaleza, etc. Los autores de la investigación recuerdan que la edad no es, en sí misma, un impedimento para la realización de ejercicio físico y que se debe potenciar su práctica en grupo para así aumentar su eficacia con la aparición de beneficios psicológicos como el descenso del aislamiento y la mejora de la autoestima. Asimismo, la moderación y la regularidad son las claves del ejercicio en los mayores. Munideporte.com
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