Educación Física de calidad

Según la UNESCO (2015): “El tiempo que dedican a la actividad física los menores  y los adultos del mundo entero está disminuyendo, lo cual tiene consecuencias muy negativas en su esperanza de vida, su estado de salud y su capacidad para cosechar éxitos en los estudios, la vida social y el trabajo”.

 

A pesar de la extensa historia profesional como hecho social, la construcción jurídica de la profesión se origina en 1978 con el Real Decreto 2957/1978, de 3 de noviembre, por el que se aprueban los Estatutos del Colegio Oficial de Profesores de Educación Física, vinculados exclusivamente al ámbito escolar.

 

La sentencia del Tribunal Constitucional 194/1998 reconoce, en su séptimo fundamento, que la propia Constitución contiene un mandato a los poderes públicos para que fomenten "la educación física y el deporte" (art. 43.3 C.E.) y que ambas actividades aparecen, por otra parte, estrechamente vinculadas con la salud (a la que se refiere el apartado 1 del mismo art. 43 C.E). Por lo tanto, hablamos de un derecho a la salud en el deporte y a la responsabilidad social de evitar las repercusiones negativas que puede tener un ejercicio no adecuado de las diversas actividades físicas y deportivas, razón que legitima la norma que impone la colegiación obligatoria para el ejercicio de la profesión.

 

La rápida evolución de las prácticas deportivas, unidas al afán de atender las nuevas demandas, hizo que los centros de formación del profesorado de educación física incrementasen las competencias que se adquirían en los estudios para atender los servicios deportivos educativos, socio-sanitarios y de desarrollo social, orientados primordialmente a las poblaciones especiales. Consecuentemente, en 1999, la profesión pasa a denominarse “Licenciados en Educación física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte”.

 

La incesante proliferación de facultades, centros de formación profesional, formaciones federativas, formaciones de academias privadas para proveer de técnicos y profesionales hace necesario una urgente ordenación del sistema de formación y del sistema de empleo del sector.

 

El espacio profesional empieza a regularse desde las Comunidades Autónomas, ante la inacción de los diferentes gobiernos estatales. El resultado actual es que llevamos cinco leyes con diferente identificación de ocupaciones y con distintos requisitos de acceso y ejercicio. El desbarajuste está servido.

 

Surge aquí la necesidad de innovación social desde la Organización Colegial, la identificación de un colectivo de Educadores Físico Deportivos para hacerse cargo de los objetivos de una Educación Física y Deportiva de calidad a lo largo de la vida.

 

Una apuesta de futuro para alcanzar una sociedad más activa, más sana, más feliz y más productiva. 

Y es que con la Educación Física Deportiva no se juega.