El 63% de los sanitarios no percibe obesidad como enfermedad crónica

Asimismo, un 23% clasifica la obesidad como un “proceso reversible que es consecuencia de unas malas elecciones personales activas y habituales por parte del sujeto" y para un 15% es una enfermedad temporal generada por multitud de factores.

Otro 14% describen la obesidad como un “proceso alterable causado por las circunstancias de una persona” (bajo nivel socioeconómico, falta de espacios verdes, etc.) y un 9% se refiere a ella como un “proceso variable provocado por un mal estado de salud general”.

La encuesta pone de manifiesto que la formación es “una de las asignaturas pendientes en España”. Sólo un 46% de los participantes que aseguró haber recibido 20 horas o más de formación en obesidad como parte de su formación médica.

Felipe Casanueva, miembro de OPEN España y profesor emérito de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela, señala que “la formación de los profesionales es imprescindible para mejorar la calidad de vida de los pacientes y su supervivencia. Por ello, es conveniente el diseño de estrategias terapéuticas multidisciplinares”.

En lo que respecta a las normas asistenciales, el 64% de los profesionales sanitarios y el 69% de los responsables de la toma de decisiones en materia de atención sanitaria (RTDS)  se mostraron “de acuerdo” en que la atención de la obesidad no está bien organizada. Aunque el 85% de los RTDS decían que tenían guías de práctica clínica específicas sobre la obesidad, sólo el 38% de ellos las consultaba al evaluar servicios relacionados con la obesidad.

Entre los profesionales sanitarios (PS), el 89,5% indicó estar al tanto de las guías. De ellos, menos de la mitad (47%) estaban familiarizados con ellas y las habían consultado y el 28% las consideraban “inadecuadas”. Igualmente, señalaron que el 57% de los pacientes diagnosticados de obesidad no la tienen documentada en su historia clínica como enfermedad crónica.

Casanueva segura que “se trata de una oportunidad perdida, ya que las investigaciones indican que un diagnóstico documentado de obesidad por parte de un médico es un paso importante para involucrar a las personas con obesidad en el control de su enfermedad”.

La encuesta revela que el estigma sobre la obesidad existe en la comunidad sanitaria, puesto que el 38% de los PS y el 35% de los RTDS reconocieron tener prejuicios contra las personas con obesidad.

Para Casanueva, “los prejuicios, el estigma y la discriminación por el peso son obstáculos importantes para el cribado y diagnóstico de la obesidad”.

Susana Monereo, miembro de OPEN España y responsable de la Unidad de Obesidad, Metabólico y Endocrino del Hospital Ruber Internacional (Madrid), advierte que “se estima que un 37,8% de la población española tiene sobrepeso y el 16%, obesidad, y se prevé que alcance al 29,4% en 2030. Sin duda, una situación muy preocupante”.

Más del 70% de los encuestados, tanto de los PS como de los RTDS, señalaron la falta de tiempo y de recursos humanos como los principales obstáculos para dar una atención adecuada a las personas con obesidad, así como que no se dispone de suficientes especialistas para atender a las personas con esta enfermedad. Otra barrera que denunciaron ambos grupos es que hay servicios relacionados con la obesidad que no están a disposición de todas las personas con dicha enfermedad.

Mientras tanto, al ser preguntados por las prioridades del sistema sanitario, los profesionales indicaron que la obesidad no es prioritaria en los planes sanitarios y que para asignar fondos no se prioriza la prevención ante el tratamiento.

España participó en 2023 en esta encuesta junto a Italia, Alemania, Canadá, Australia, Brasil, Malasia y Turquía, con el objetivo de conocer mejor cómo es la atención actual de la obesidad y las percepciones que influyen en la prestación de dicha atención.