La importancia del core

Es el centro y la localización de nuestro centro de gravedad. La forma es de caja, o recipiente en el cual se encuentran una gran cantidad de órganos y estructuras óseas, como el sistema digestivo, reproductor y columna vertebral. Los músculos que lo forman son los responsables de que el resto de músculos de nuestro cuerpo puedan ejercer su labor. Si caminamos, aunque utilicemos las piernas, es imprescindible la acción de los músculos del core, así como si cogemos un objeto del suelo, ya que nos estabiliza el cuerpo para realizar la acción. Cuando pedaleamos en una bicicleta o estamos en bipe o sedestación, es de nuevo el core el encargado de transmitir las fuerzas Por lo que, cuanto más ejercitado tengamos el core, mejor se realizarán las funciones de los demás músculos.

Entre sus funciones destacan: la estabilización de tronco, mantener el equilibrio, transmisión de fuerzas y movimientos, mejora de la propiocepción, proteger la región abdominal y mejorar la respiración.

El tronco se estabiliza debido a que se mantiene erguido en todas las posiciones. En mala postura, a la larga, produce dolores y problemas físicos. Nos mantiene el equilibrio al saltar, tirarnos al suelo, levantarnos o inclinarnos, y además es el nexo de unión con  las extremidades, los movimientos corporales y la fuerza que realizan las articulaciones.

Si no se mantiene en forma, nuestros movimientos no serán fluidos, no tendrán la potencia adecuada, obligando a otros músculos a realizar esfuerzos, que no les corresponden.

Mantener el core fortalecido nos ayuda a que nuestros movimientos sean más poderosos y efectivos y a que se mejore muestro rendimiento deportivo.