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Luis V. Solar Cubillas
18/05/2015 Política y deporte
En el entorno deportivo, se escucha en numerosas ocasiones la reivindicación de una “necesaria” separación entre el ámbito de la política y el sector del deporte. Este anhelo de desvincular al deporte de los avatares políticos, que aparentemente parece algo inofensivo y bondadoso, se trata, sin embargo, de una peligrosa entelequia.
Es peligroso apostar por una desvinculación política del deporte porque se desgarantiza la posibilidad del ejercicio de un derecho, es decir, desaparece tal derecho. Tal y como dice Jean Meynaud en su ya clásico Política y Deporte: “¿no tendrá la tesis del apoliticismo alguna relación con la defensa de los privilegios y comodidades de los grupos nacionales o sociales dominantes?”. Es, además, una entelequia porque los poderes públicos han de ejercer la acción política en aquellos campos requeridos por los administrados. En tal sentido, es necesario legislar sobre deporte y, tras ello, controlar y garantizar el cumplimiento de la ley. El apoliticismo deportivo es pues obligatoriamente inexistente. Otra cosa bien distinta es el grado de intervención de la Administración en el entramado deportivo y el nivel de privacidad de tal entramado. El derecho de asociación que requiere la peculiar estructura del deporte, basada en clubes y federaciones de distintos ámbitos territoriales con organización y composición apartidistas, exige el ejercicio político de legislar, delegar funciones, sufragar los gastos de lo delegado y controlar el destino de los recursos otorgados para tal fin. Pero, desde esa mínima participación política hasta la total inclusión en la administración pública de los organismos del deporte, hay todo un espacio a recorrer que define el talante de un Estado. La concepción más o menos liberal del Estado manifiesta su condición, como no podía ser de otra forma, también en el deporte. Es más, podemos afirmar que el deporte es un buen parámetro para observar el talante y la condición ideológica de un Estado. Por esa razón, cuando se habla de la despolitización del deporte creo que lo que se quiere es aludir a una menor intervención administrativa. Cualquier otra aspiración es peligrosa y, desde luego, incongruente. Luis Solar, presidente de la Federación de Asociaciones de Gestores del Deporte de España (FAGDE)
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