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Antonio Rivero, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid
25/07/2023 ILE: el deporte entró en la escuela
La gran obra de Francisco Giner de los Ríos (Ronda, 1839-Madrid, 1915), pedagogo, filósofo y ensayista español, fue la creación de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), de la que fue director. Posteriormente, impulsó otros proyectos fundamentales para el progreso educativo, humanístico y científico de la España del primer tercio del siglo XX.
Estos fueron el Museo Pedagógico Nacional (1882-1941), la Junta para Ampliación de Estudios (1907-1938), la Residencia de Estudiantes (1910-1939), las Misiones Pedagógicas (1931-1937) o las Colonias Escolares. Algunas de estas instituciones consiguieron que artistas, literatos, científicos, filósofos, ingenieros y arquitectos españoles consiguieran reconocimiento internacional y dieran un giro a la presencia de España en el mundo, en una etapa de desarrollo sin precedentes que fue calificada como la Edad de Plata de la cultura española. El 29 de octubre de 1876, Giner asistió a la apertura del primer curso de la Institución Libre de Enseñanza, con el único título y cargo de profesor. En mayo de 1880 Giner fue nombrado Rector de la Institución, si bien continuó como director del BILE (Boletín de la ILE). La Institución Libre de Enseñanza afianzó su estructura como modelo de calidad y adquirió renombre nacional y proyección internacional. Sus dos grandes influencias vinieron del Krausismo de Julián Sanz del Río y del Regeneracionismo de Joaquín Costa. Giner ejerció un influjo profundo y especial en sus "discípulos" y colaboradores, entre los que se encontraron: Leopoldo Alas “Clarín”, Manuel Azaña, Gumersindo de Azcárate, Manuel Bartolomé Cossío, Aureliano de Beruete, Julián Besteiro, Bosch Gimpera, Alejandro Casona, Joaquín Costa, Manuel de Falla, Federico García Lorca, María Goyri, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, María Moliner, Severo Ochoa, Eugenio d'Ors, José Ortega y Gasset, Alfonso Reyes Ochoa, Fernando de los Ríos, Pedro Salinas, Luis Simarro, Miguel de Unamuno o María Zambrano. El método pedagógico empleado en la ILE fue definido por el propio Giner como el método intuitivo, basado en filosofía socrática (reflexión y crítica) y la formación práctica en las que el maestro influye en sus alumnos "no por su autoridad, sino por su conocimiento y su amor". Los exámenes memorísticos no existían. Las excursiones frecuentes, a museos de todo tipo, a fábricas, al campo, etc., eran parte básica en su pedagogía. La ILE apostó decididamente por la práctica de juegos y deportes como vía pedagógica, dejando una amplia producción escrita sobre la importancia de estos medios en sus sistemas pedagógicos. La influencia de la educación inglesa les llevó a utilizar los juegos al aire libre y el sport como medios de su pedagogía para la mejora física del alumnado. Los juegos y deportes fueron implantados en la Institución, imponiéndose a la gimnasia tradicional, entre otros motivos porque la regeneración no solamente debía ser física, sino que también debía incluir la perfección moral y del carácter. “…en todas las épocas y pueblos, (escribía en 1894 el institucionalista Ricardo Rubio) el campo de juego ha sido y es la escuela más apropiada para que el niño conciba, practique y corrija la noción de derecho, de deber, de libertad, de autoridad, de subordinación, de responsabilidad, de protección, de crítica y tantas otras ideas sociales de la mayor importancia, que en los libros se ofrecen a los niños sin atractivo alguno.” Para los institucionalistas, los deportes y ejercicios físicos debían tomarse como una educación final en sí misma, como se tomaba la educación artística o la educación moral, o sea según sus palabras, como parte de la educación total indispensable del ser humano. El excursionismo y el senderismo fueron básicos para el desarrollo de las teorías educativas de la ILE, no solo como forma de ejercicio físico, sino como escenario vital para el desarrollo humano de profesores, alumnos (de ambos sexos) y su interrelación educativa. La madrileña sierra de Guadarrama fue puesta al descubierto por sus excursiones, y la afición al montañismo y a los deportes de invierno se fueron extendiendo gracias a la ILE. La ILE fue cantera para el posterior desarrollo de los deportes en Madrid y en toda España, siendo sus alumnos practicantes y posteriormente fundando clubes (un ejemplo es el Real Madrid) y ejerciendo de directivos. Ese fue su otro gran legado. Antonio Rivero, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid
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