Tiempos de cambio en el deporte

Estamos en un momento de cambio profundo, donde tendremos que priorizar los conceptos y diseñar los ajustes que garanticen el sostenimiento y la viabilidad de nuestras administraciones públicas en base al esfuerzo común de toda la sociedad. El sentido de lo expresado es válido en todos los sectores y también en el deporte.

Gestionada con eficiencia proporciona bienestar y cohesión, sin despreciar la función educativa y social que promueve todo tipo de valores implícitos el deporte. Aun en épocas de crisis y de recesión, el deporte sigue siendo una opción y un activo que esperemos no se diluya o que pierda ese valor que tiene tanto individual como colectivamente.

El deporte y su gestión han madurado en los últimos 30 años. Han ido evolucionando y creciendo, unas veces con voluntarismo e ilusión, otras con profesionalidad, en algunos casos con recursos que han permitido invertir en infraestructuras y actividad física y deportiva, pero en cualquier caso siempre han avanzado satisfaciendo demandas.

En esta tarea común han participado las instituciones públicas con implicación y complicidad del asociacionismo deportivo y, en general, con toda la ciudadanía que nos han hecho tener todas nuestras ciudades y pueblos de España con equipamientos y ofertas de actividad físico deportiva de calidad.

La alta competición se ha dotado de centros de perfeccionamiento y de alto rendimiento, la gestión de las federaciones deportivas, el COE, el ADO, el ADOP… Todo ello ha dado como fruto una generación de deportistas que han cosechado grandes triunfos internacionales, y  han hecho que la marca España traspase fronteras y ejerza un liderazgo incuestionable.

El escenario actual, incierto en cuanto a recursos por la debilidad económica de nuestras administraciones, requiere un tratamiento específico a determinar por todos los agentes  deportivos públicos y privados. Nuestra actual situación deberá abordarse desde la reflexión y el debate profundo  y con soluciones que hagan viables los proyectos y no se frene la maquinaria y los logros deportivos y sociales  conseguidos en los últimos años.
Estamos en época de priorizar y no de ofertar indiscriminadamente, de compartir iniciativa pública y privada, objetivos y programas, de no sobredimensionar plantillas y estructuras organizativas, de ahormar precios y tasas publicas con costes…

Estamos en el tiempo de desarrollar nuevos modelos de gestión que nos adapten a la actual situación, en contraposicion a la resistencia por la propia recesión. Modelos que garanticen prestaciones y servicios sin pérdidas de calidad y con fórmulas renovadas, sin renunciar a lo público y a la cooperación con la iniciativa privada, pero eso sí, garantizando derechos e  igualdad de oportunidades a los más desfavorecidos.

Es, en definitiva, el momento de seguir ofertando programas y servicios de calidad, conformados a las necesidades de los ciudadanos y de la propia realidad para que se siga impulsando  la universalización de la práctica deportiva en nuestra sociedad. Todo ello será posible utilizando planificaciones estratégicas en todos los sectores del deporte, en la base, en la recreación, el deporte federado, de tecnificación y alto rendimiento… etc., en sus infraestructuras. Y todo ello hacerlo en base a la racionalización de costes y de un equilibrio presupuestario, del aprovechamiento de sinergias, evitando duplicidades y garantizando austeridad, eficiencia  y una de las finalidades que se persigue en la gestión, la estabilidad, principio rector que ayuda a facilitar iniciativas y proyectos.

Antonio Montalvo de Lamo, Subdirector General Adjunto del Consejo Superior de Deportes